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Su vida era excepcional. Nada llegaba a conseguir que perdiera su optimismo. Su alegría era contagiosa. Tenía la facultad de ver las cosas de otro color. Donde algunos veían días grises, ella valoraba la posibilidad de pasear bajo la lluvia. Encontraba a todos los contratiempos su lado positivo. Por eso, ni a sus padres ni a sus cuatro hermanos les extrañó que contara lo que le había sucedido esa misma tarde, pensando que no era más que fruto de su imaginación.

Según decía, mientras paseaba por el bosque se había levantado una leve brisa que hizo que cayeran hojas de los árboles, algunas de ellas presentaban formas extrañas, que rápidamente identificó como letras.

Sorprendida, se dispuso a recogerlas…

Una “C” vino a caer a sus pies, volando como una mariposa, seguida de una “A”. La “S” quedó prendida de su pelo desprendiéndose al inclinarse para recoger de nuevo otra “A”. Pudo ver cómo la “C” se posaba en el suelo suavemente y a su lado una “O”. La “L” le esperaba unos metros más adelante y sobre sus manos vino a posarse otra “O”. Se apresuró para recoger en el aire la “M” y no puedo evitar que la “B” se posase junto a la “A” que le acompañaba en su vuelo. Entonces, cesó la brisa.

Para demostrar que todo era cierto las fue colocando encima de la mesa y en el mismo orden en el que las había hallado CASA COLOMBA. ¿Qué es eso? ¿Un lugar privilegiado con paisajes maravillosos?

El resultado de un sueño… ¿Puede llevar a que otro se vea cumplido?

Simplemente pensaba que vosotros también deberíais saber lo que ocurrió.

 

* * * FIN * * *