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EL REINO DE LOS NIÑOS

Relato 17

Cuenta la leyenda, que en  Santa Colomba de Somoza, vivía un mago, de amigable aspecto y barbas blancas, era tan alto que con su cabeza casi podía tocar el cielo, pero no era en su aspecto donde residía su magia sino en su gaita, cuando el mago la tocaba, creaba vida, los pinos crecían y los animales llegaban hasta sus tierras, y si algún reino vecino entraba en lucha con él, el mago soplaba fuertemente su gaita y los alejaba  de allí.

El mago  un día empezó a darle vueltas a una idea: crear humanos, su corazón lo deseaba pero también tenía dudas, pues en los reinos vecinos podía ver la mezquindad humana, y esto le daba mucho miedo.

Hasta que un día tuvo un idea, quizás el corazón humano se corrompía a la edad adulta, pero si él soplaba una dulce melodía solo crearía a niños, él se encargaría de cuidarlos y de mantenerlos lejos de ambición y la avaricia.

Y así lo hizo, el mago hizo de Santa Colomba de Somoza el reino de los niños, durante años, les proporcionó alimentos y abundancia en todos sus campos, nunca en este reino se conoció la enfermedad ni la muerte, el mago velaba por cada uno de ellos, sintiéndose orgulloso de su creación.

Un día estos niños crecieron, y se convirtieron en adultos, llegando así las primeras dispuestas, y el reino entró en guerra. El mago lloraba y lloraba y hacía sonar tan fuerte su gaita que todos los habitantes temblaban y se arrepentían, pero cuando el mago volvía hacer sonar su gaita dulcemente, y bendecirlos con alimentos y animales, los habitantes volvían a las disputas, y esto entristecía y enfadaba al mago, él había intentado que su obra fuera diferente, y no lo había logrado, su reino era ahora tan miserable como los reinos vecinos.

Pero el mago, en el fondo de su corazón quería buscar una solución, no se conformaba con lo que sus ojos veían, y tampoco quería soplar tan fuerte para causarles la destrucción, así que como cualquier padre, intentó buscar soluciones para el bien de ellos, les multiplicó las tierras, pero ellos seguían ambicionando más y más, también hizo que llegaran más animales, pero ninguno saciaba la avaricia humana.

Así que el mago se sentó sobre una piedra y lloró tanto que se crearon grandes inundaciones en el reino, los habitantes al ver esto, se llenaron de odio contra el mago, y planearon matarlo, para ellos eran insoportable aquellas lágrimas y aquel sonido tan triste de su gaita que les recordaba su propia mezquindad, la mejor solución para ellos era acabar con él.

Y así lo hicieron, una noche fueron todos los habitantes del reino juntos, iban con armas, y sobre todo con mucho odio, pero al verlo dormido plácidamente, no se atrevieron a despertarlo, tenían miedo que si lo despertaban luchara contra ellos, así que eligieron la opción más cobarde, le quitaron el muelle a su gaita, así el mago jamás volvería a tocarla.

El mago jamás se despertó, pero dice la leyenda que si algún hombre de  buen corazón le pusiera un parche a la gaita, el mago agradecido convertiría de nuevo a Santa Colomba de Somoza en el reino de los niños y habría felicidad por siempre.